La sonda Juno de la NASA, la nave impulsada por energía
solar que ha viajado más lejos en el espacio, ha llegado este martes tras cinco
años de viaje a la órbita de Júpiter, el planeta más grande del Sistema Solar,
a la que dará 37 vueltas antes de estrellarse contra su superficie.
La agencia espacial ha publicado la grabación que registró
la sonda al «romper» la magnetosfera
Tras cruzar el sistema solar durante cinco años y «encestar»
con precisión milimétrica en la órbita de Júpiter, la NASA ha publicado unas
grabaciones en las que se escucha cómo la nave colisiona con la magnetosfera
del quinto planeta más próximo al sol.
Desde 1973, Júpiter ya ha recibido la visita de nueve
sondas, aunque solo una, Galileo, se quedó en su órbita. En los 70, Pioneer 10
y Pioneer 11 aprovecharon el tirón gravitatorio del planeta gigante para tomar
velocidad y ahorrar combustible en su viaje hacia los confines del Sistema
Solar, algo parecido a lo que hicieron Voyager 1 y 2. De pasada, descubrieron
su potente magnetosfera, los anillos que rodean el planeta y la actividad
volcánica de su luna Io o la presencia de agua helada sobre Europa. Entre 1995
y 2003, Galileo recogió una gran cantidad de información sobre todo el sistema
jupiterino y llegó incluso a fotografiar el impacto del cometa Shoemaker-Levy 9
contra su superficie. Más recientemente, Cassini, destinada a Saturno, y la
sonda New Horizons, dirigida a Plutón, también han visitado Júpiter y han
acumulado más información sobre el planeta gigante. Sin embargo, aún quedan
misterios que resolver sobre el cuerpo más influyente de nuestro sistema
planetario después del Sol.
La sonda Juno orbitará a unos 5.000 kilómetros de la
superficie de Júpiter, diez veces más cerca que cualquiera de las nueve sondas
que lo visitaron antes, y funcionará alimentado por paneles solares. Esta
tecnología es una rareza en misiones que van más allá del cinturón de asteroides.
Hasta ahora, todos los artefactos que han visitado el planeta gigante lo
hicieron con plutonio-238, pero la escasez de ese elemento radiactivo, las
preocupaciones de seguridad y los avances tecnológicos hicieron que la NASA se
decidiese por la energía solar.
El conocimiento que recoja Juno durante los próximos 20
meses, no solo servirá para entender nuestro entorno planetario cercano. Gran
parte de los planetas extrasolares descubiertos son gigantes gaseosos como
Júpiter y lo que se aprenda con esta misión servirá para interpretar mejor los
mundos más allá del Sistema Solar. Además, como siempre sucede con las misiones
de exploración, los datos de la sonda depararán sorpresas que modificarán la
imagen que tenemos del rey de los planetas.
Los tres misterios que la ‘Juno’ quiere resolver en Júpiter
¿Oculta una supertierra en su interior?
Una de las hipótesis que se plantean los astrónomos es que
en sus orígenes Júpiter era una súpertierra que tenía el tamaño suficiente para
ir acumulando a su alrededor grandes cantidades de materia de la nube
primigenia que rodeaba el Sol tras su nacimiento. Los instrumentos de Juno
permitirán analizar con precisión el campo gravitatorio y el campo magnético de
Júpiter, desvelando la estructura interior del planeta y la masa de su núcleo.
Si el resultado descarta la hipótesis del corazón rocoso, significaría que,
probablemente, Júpiter se formó a partir del colapso gravitatorio de una nube
de gas y polvo, en un proceso similar al que da origen a las estrellas.
¿Qué pasa debajo de su atmósfera?
Juno recibe su nombre de la mitología romana donde era la
esposa y hermana de Júpiter. En una ocasión, el dios se había encaprichado de
una ninfa, Io, y envolvió la Tierra con nubes espesas para que su mujer no
pueda ver su infidelidad desde el Olimpo. Juno, sin embargo, no se dejó engañar
y levantó el velo para descubrir el engaño. Algo así es lo que hará la sonda
que acaba de llegar al planeta gigante. Las espesas nubes de gas ocultan la
parte interior de la atmósfera, su composición, su temperatura o como se mueve
debajo de la capa superficial. El gran tamaño de Júpiter y su fuerza
gravitatoria le han permitido conservar una composición similar a la de sus
orígenes. Debajo del manto de este planeta se puede contemplar la historia del
Sistema Solar.
3. ¿Cuánta agua contiene?
Uno de los elementos más interesantes de la atmósfera de
Júpiter es el agua. Por un lado, conocer la cantidad de agua que contiene
permitirá saber si se formó en la misma posición del Sistema Solar donde se
encuentra ahora o si lo hizo en otro lugar. Este conocimiento es importante
también para entender la historia de otros planetas. Algunas teorías indican
que los movimientos del planeta gigante pudieron barrer y recolocar otros
planetas menores durante los primeros años de evolución del sistema planetario,
y el análisis del agua en su atmósfera servirá para comprender aquellos
movimientos. Otro de los aspectos interesantes es que la cantidad de agua
hallada en Júpiter puede dar una idea de la que pudo haber durante la formación
del Sistema Solar. Esos datos servirían de referencia para deducir de dónde
pudo llegar el agua que permitió la aparición de la vida en la Tierra.
Auroras boreales en Júpiter
En Júpiter también hay auroras, aunque más grandes que en la
Tierra, según lo muestra una fotografía del telescopio espacial Hubble de la
NASA.
Mientras que en la Tierra las grandes auroras son causadas
por las tormentas solares; en Júpiter se originan cuando las partículas
cargadas —provenientes de un satélite del planeta— entran en la atmósfera del
gigante de gas cerca de sus polos magnéticos.
Jonathan Nichols, científico de la Universidad de Leicester
(Reino Unido), manifestó en un comunicado de la NASA que estas auroras en
Júpiter “son muy dramáticas y lo más activo que he visto”.
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