Oumuamua ('primer mensajero' en hawaiano) es el primer
cuerpo espacial externo al Sistema Solar despierta varias dudas a los expertos quienes
llegaron a especular de que sea algún tipo de nave u objeto alienígena.
El objeto de forma alargada fue descubierto por el proyecto
Pan-STARRS en la Universidad de Hawái en octubre de 2017, pasando junto a la
Tierra a aproximadamente 85 veces la distancia a la Luna. A un tiro de piedra,
en términos astronómicos.
El objeto interestelar fue bautizado con un nombre hawaiano
que significa “mensajero que llega de lejos”. De 400 metros de largo, se
demostró que su órbita es casi imposible de alcanzar desde nuestro cosmos.
Es el primer objeto descubierto en el Sistema Solar cuyo
punto de origen se ubica en otro sistema estelar. Su alta velocidad, 315.000
kilómetros por hora en su apogeo, sugiere que no está unido gravitacionalmente
al Sol, sino que continuará su viaje de vuelta al espacio interestelar. Tiene
una estructura muy inusual para un asteroide: una forma alargada de cigarro, de
cientos de metros de longitud pero con un ancho y una altura que quizás sea
solo una décima parte.
El asteroide que está atravesando nuestro sistema planetario
se parece a un gran extintor de incendios rosado, estimaron los astrónomos que
también confirmaron que es el primer objeto detectado que proviene de otro
sistema.
Tras un análisis que demuestra que la órbita del objeto es
casi imposible de alcanzar alrededor del Sol, los científicos tienen la certeza
de que este asteroide o cometa rosado de 400 metros de largo tiene otro origen.
Según un estudio que utilizó el Telescopio Extremadamente
Grande del Observatorio Europeo del Sur, se verificó que el asteroide
interestelar completa una rotación cada 7,3 horas. Fue visto por primera vez a
mediados de octubre por el astrónomo Robert Weryk y pasará varios años antes de
alejarse de la vecindad del Sol.
El equipo de Breakthrough Listen, un ambicioso proyecto
científico para la búsqueda de vida extraterrestre en otras galaxias del que es
integrante Stephen Hawking, buscaba señales electromagnéticas provenientes de
Oumuamua que confirmaran que se trataba de una nave extraterrestre. No
obstante, el asteroide no arrojó resultados positivos al respecto.
Según Breakthrough Listen, los investigadores que trabajan
en el transporte espacial a larga distancia han sugerido anteriormente que una
forma de cigarro o aguja es la arquitectura más probable para una nave espacial
interestelar, ya que esto minimizaría la fricción y el daño del gas y polvo
interestelar.
Los exámenes recientes de B. Listen confirmaron que no emite
ningún tipo de señal de radio pero que tiene un cascarón muy extraño.
La revista Nature Astronomy, sugiere que Oumuamua está
recubierto con una corteza especial que le permite soportar temperaturas de más
de 300°C. Así, su "capa aislante", rica en materia orgánica tras
millones de años de exposición a "rayos cósmicos", le permite
reflejar la luz de Sol.
El profesor Alan Fitzsimmons, que encabeza el estudio,
señala que esta corteza habría protegido su interior helado, similar al de un
cometa —es decir, rico en hielo y agua—, de ser vaporizado por los rayos
solares. Destaca que la superficie de este cuerpo celeste —rocoso y de tono
rojizo con forma de aguja o cigarro— se parece mucho a la de los pequeños
cuerpos en las regiones exteriores de nuestro Sistema Solar, "cubiertos de
hielos ricos en carbono, cuya estructura se modifica por la exposición a los
rayos cósmicos".
Michele Bannister, coautora de la investigación, califica de
"fascinante" el hecho de que Oumuamua se parezca tanto a "mundos
más pequeños" de nuestro propio sistema. "Esto sugiere que la forma
en que se formaron nuestros planetas y asteroides tiene una gran afinidad con
sistemas alrededor de otras estrellas", dijo.
El asteroide, también denominado A/2017 U1, fue avistado el
pasado 19 de octubre por el telescopio Pan-STARRS 1, que está situado en el
volcán de Haleakala (Hawái, EE.UU.).
Aunque pasó cerca del Sol en septiembre y está camino de
abandonar nuestro Sistema Solar, los expertos estimaron "maravilloso y
emocionante" analizar su trayectoria.
A pesar de que consideraban mínimas las posibilidades de que
el Oumuamua tuviese un origen artificial, los científicos decidieron observarlo
para despejar dudas, puesto que su forma alargada y tono rojizo no es habitual,
ya que los cometas presentan una forma redondeada.
En cuanto a la peculiar forma del asteroide, otro estudio
apunta a que la erosión de las partículas de polvo y micrometeorios en su
camino han ido alargando su perfil partiendo de un bloque mucho más grande.
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