Cassini-Huygens es una misión conjunta de la NASA, la
Agencia Espacial Europea (ESA) y la agencia italiana (ASI), que comprendió el
lanzamiento de dos sondas que viajaron juntas hasta el sistema de Saturno.
Cuando llegaron, en 2004, se separaron. Cassini, de la NASA, orbitó Saturno y
las lunas, mientras Huygens, de la ESA, aterrizó en Titán el 14 de enero de
2005.
«Fue la primera sonda que se posó en una luna de otro
planeta», recuerda el ingeniero de la ESA Miguel Pérez Ayúcar, que entre 2002 y
2007 formó parte de la misión Huygens.«Cuando pasaron por Titán, las sondas
Voyager descubrieron que su atmósfera es muy densa y opaca, pero no pudieron
observar su superficie. Huygens mostró lo que había bajo su atmósfera. Entramos
en ella con paracaídas y durante las dos horas y media de descenso, tomó datos
de este mundo helado, que tiene temperaturas de -170ºC», recuerda. Como no
sabían como sería Titán, diseñaron la sonda para que pudiera caer tanto en una
superficie sólida como líquida. «Finalmente cayó en una zona sólida».
Estudiar la composición de la atmósfera de Titán -el
nitrógeno es su ingrediente principal-, es como si estudiáramos la atmósfera
terrestre antes de que surgiera la vida. «Es como si hubiera quedado congelada
en el tiempo. Además, es muy interesante porque el metano se descompone en
moléculas complejas basadas en el carbono que luego pueden unirse para formar
organismos», señala.
El descubrimiento más importante de Cassini-Huygens es que bajo la corteza helada de las lunas hay líquido. «Se ha medido muy bien, sobre todo en Encélado, donde se observaron géiseres que salían por brechas de la superficie. Hasta entonces no estaba claro si debajo de la corteza de estas lunas había agua o no, y esto tiene implicaciones importantes porque la vida puede formarse en sitios extremos. Si añades el calor interno que posiblemente hay en zonas termales, significa que puede haber vida o se puede formar», argumenta Pérez.
«Cassini-Huygens ha sido una misión muy fructífera, que ha
dado muchas sorpresas tanto en relación al planeta Saturno como a los satélites
del sistema», resume Olga Prieto Ballesteros, investigadora del departamento de
Planetología y Habitabilidad del Centro de Astrobiología.
La sonda Cassini ingresó hoy en la atmósfera de Saturno a
113.000 kilómetros por hora para autodestruirse y se consumirá como un meteoro,
poniendo fin así a su extraordinaria aventura espacial de 20 años. Trece de
ellos los dedicados a explorar Saturno y sus lunas Titán y Encélado, en las que
ha encontrado elementos que las convierten en lugares prometedores del para
buscar vida en el Sistema Solar.Precisamente la razón por la que la sonda se sumergirá
en la atmósfera de Saturno, tras agotar su combustible -en lugar de quedar
vagando por el espacio-, es evitar el riesgo de que pueda contaminar Encélado y
Titán, objetivo de futuras misiones científicas de exploración.
El pasado 12 de septiembre, Cassini completó la última de
las cientos de aproximaciones que ha hecho a Titán, en una maniobra que la NASA
denominó el ¨beso de despedida¨ y durante la cual tomó las últimas mediciones
de este mundo helado y consiguió la propulsión necesaria para poder desaparecer
hoy en Saturno.
La sonda Cassini, que orbitaba Saturno desde 2004, y cayó
hoy alrededor de las 8.55 aprox (hora Argentina) en la atmósfera del gigante
gaseoso hasta desintegrarse, y así puso fin a una misión iniciada hace 20 años
que tiene entre sus hitos haber aterrizado por primera vez una nave sobre la
superficie de un cuerpo del Sistema Solar exterior.
0 comentarios :
Publicar un comentario
Ingrese su comentario