Glaciares subterráneos bajo las montañas de Marte
La sonda europea 'Mars Express' recabó nuevas pruebas de que Marte no sólo tuvo una gran cantidad de agua en el pasado, que dio lugar a su orografía, sino que aún la tiene en gran cantidad en estado sólido bajo su superficie.
La 'Mars Express', que llegó a la órbita marciana en diciembre de 2003, envió imágenes de la cordillera de Phlegra Montes, región en la que sus radares detectaron la presencia de grandes cantidades de agua sólida.
Según la Agencia Espacial Europea (ESA), en esas montañas marcianas hay suficiente para cubrir las necesidades de futuras misiones tripuladas al Planeta Rojo.
Según la Agencia Espacial Europea (ESA), en esas montañas marcianas hay suficiente para cubrir las necesidades de futuras misiones tripuladas al Planeta Rojo.
Los picos y los montes de la Phlegra Montes se extienden desde la región noroeste de la provincia volcánica del Elysium (30°N) hasta las tierras bajas del norte (50°N), aunque los geólogos creen que se formó por fuerzas tectónicas que comprimieron la región en la antigüedad y no por volcanes.
En las imágenes que ha enviado la 'Mars Express' se aprecia que las montañas están rodeadas por ‘abanicos lobulares de derrubios’, que son acumulaciones de materiales que acaban formando estructuras redondeadas. En este caso, los científicos creen que se acumuló a lo largo de los años debido a desprendimientos en las laderas y acantilados que hay alrededor. Por su morfología, se parecen a los derrubios que cubren a los glaciares terrestres.
De hecho, las observaciones con radar en la Tierra demuestran que estos abanicos casi siempre se relacionan con agua sólida bajo la superficie, a veces a tan sólo 20 metros de profundidad.
Entorno de Phlegra Montes
Por ello, en ESA apuntan a que es probable que también existan glaciares enterrados bajo la superficie marciana, hipótesis respaldada también por observaciones anteriores de la 'Mars Reconnaissance Orbiter' de la NASA.
Otra pista son los cráteres de impacto que hay cerca de Phlegra Montes, con marcas que, según los geólogos, indican que ha habido allí actividad glacial. Esta teoría señala que las crestas de la cordillera se formaron cuando cráteres muy antiguos se llenaron de nieve. Los glaciares que se originaron al compactarse esa nieve acabaron erosionando su fondo. Es un proceso que tuvo lugar a lo largo de cientos de millones de años, cuando el clima en la región era distinto al que hay ahora porque el eje polar no estaba en la misma posición.
La sonda 'Curiosity' de la NASA que recientemente ha salido de viaje hacia la superficie marciana podrá recoger nuevos datos sobre este vecino del Sistema Solar que está menos inerte de lo que se pensaba hasta hace sólo 50 años.
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