miércoles, 12 de noviembre de 2014

Misión Rosetta: histórico aterrizaje de la sonda Philae en un cometa


Misión Rosetta: histórico aterrizaje de una nave en un cometa

Finalmente, la misión Rosetta hizo historia. El robot Philae logró aterrizar sobre el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko (también conocido como Chury), un hazaña científica y tecnológica lograda por primera vez por el hombre.

La sonda Philae consiguió su objetivo: por primera vez en la historia se llegó a un cometa. La misión Rosetta, de la Agencia Espacial Europea, partió hace 10 años. Y aportará pistas sobre la formación de los planetas y el origen de la vida en la Tierra.

El proceso para el aterrizaje comenzó a las 6 y se completó en siete horas; si todo sale bien, el módulo Philae quedará prendido al cometa 67P hasta fines de 2015

Es el primer aterrizaje en un cometa en la historia de la navegación espacial.

Philae tomará fotos en primer plano de la superficie del cometa, analizará sus gases y su estructura interna. Pero además lo acompañará en su travesía de aproximación al Sol y documentará sus transformaciones, algo que nunca se había intentado hasta ahora.


Rosetta comenzó su periplo hace diez años en la base terrena de Kourou, en la Guayana francesa, y viajó 6400 millones de kilómetros a través del espacio. En el camino describió varias órbitas elípticas y utilizó la gravedad terrestre y marciana como una suerte de acelerador que la llevó más allá del cinturón de asteroides ubicado entre Marte y Júpiter y hacia el espacio profundo, a más de cinco veces la distancia que existe entre la Tierra y el Sol.

"Lo que vamos a encontrar en el cometa es muy incierto: no se sabe si la superficie tiene la consistencia de la nieve o del concreto. Si es muy débil, será difícil anclarse, y si es demasiado dura, también", éxplicó Miguel San Martín, el ingeniero argentino que hace poco más de dos años tuvo a su cargo el descenso de la sonda Curiosity en el cráter Gale de Marte.

"El otro problema es que, dado que el cometa es un cuerpo muy pequeño, hay muy poca gravedad y si no se logra el anclaje la sonda puede rebotar y salir despedida hacia el vacío", agregó.

El módulo, de 100 kilos de peso y tamaño similar a un lavarropas, descendió hasta el cometa y se ancló a él con arpones y tornillos. Durante su descenso, los científicos sólo pudieron mirar, porque la enorme distancia con la Tierra --500 millones de kilómetros-- hizo imposible enviar instrucciones en tiempo real. Una animación realizada por la ESA mostró cómo fue el descenso.


La misión era muy complicada porque había un 30% de probabilidades de que la sonda aterrizara en un lugar impropio, como una roca suelta o una ladera empinada. Hubo además otra complicación. La ESA anunció temprano que el Philae no había logrado activar el sistema de descenso activo, que emplea un mecanismo de propulsión para evitar que la nave rebote en la superficie del cometa. En su lugar, la agencia empleará tornillos de hielo y un sistema de arpones para asegurar la sonda. Varias horas más tarde, los controladores de la misión aplaudieron y se abrazaron el miércoles cuando se confirmó la separación del módulo. "Todos estamos encantados de que funcionara de forma impecable en los últimos minutos", dijo Accomazzo, director de vuelo de Rosetta. Y, finalmente, este contratiempo también pudo ser superado
"Volamos juntos 10 años y ahora el Philae se fue y sigue solo", dijo Andrea Accomazzo, uno de los jefes de la misión Rosetta, cuando en la madrugada argentina el robot se separó exitosamente de la Agencia Espacial Europea (ESA). Después de una caída libre de casi siete horas, el Philae logró posarse sobre el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko.



El módulo, de 100 kilos de peso y tamaño similar a un lavarropas, descendió hasta el cometa y se ancló a él con arpones y tornillos. Durante su descenso, los científicos sólo pudieron mirar, porque la enorme distancia con la Tierra --500 millones de kilómetros-- hizo imposible enviar instrucciones en tiempo real. Una animación realizada por la ESA mostró cómo fue el descenso.

El cometa se encuentra actualmente viajando entre las órbitas de Júpiter y de Marte. Mide unos cuatro kilómetros de diámetro, con una forma irregular, graciosamente semejante a la de un pato de juguete para la bañera.

Desde el 6 de agosto, la sonda se desplaza a escasos kilómetros del cuerpo celeste, que está a más de 450 millones de kilómetros de la Tierra, acompañándolo en su desplazamiento a medida que se aproxima al Sol. El plan es que Rosetta y Philae acompañen después al cometa en su dirección hacia el sol, y se volverá más activo conforme se calienta. Empleando 21 instrumentos de medición, recogerán datos que los científicos esperan ayuden a explicar el origen de los cometas y otros cuerpos celestes.

El módulo Philae permitirá explorar directamente el núcleo del cometa, es decir la parte sólida que por el efecto de la radiación solar genera la "coma" o cabellera y deja una cola visible de gases y polvo. Pero la ESA dice quem incluso aunque el aterrizaje del robot no funcionara, la misión --que se lanzó en 2004 y costó 1.620 millones de dólares-- no será un fracaso: Rosetta podría realizar el 80% de la misión por su cuenta.
 

La sonda ya aportó información sobre los cometas desconocida hasta ahora: por ejemplo, pudo analizar a qué huele un cometa y también aportó la primera y espectacular selfie con un cometa.


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